sábado, 20 de noviembre de 2010

Fecha caducada

Hace algún tiempo que me cuestiono demasiado. ¿Por qué escogí esto y no aquello? ¿Por qué no puedo cambiar esto de mí aunque lo intenté? ¿Por qué...? ¿Por qué...? Y un millón de por qués más sobrevuelan mi cabeza diariamente. Parecen ser preguntas retóricas, no porque no busque la respuesta, si no porque por mucho que se la busque nunca la encuentro.

La lluvia me trae recuerdos en cada gota, no de ti, ni de mi, ni de él, ni de un viejo nosotros ya inexistente. Si no de una etapa, una etapa dura y bonita a la vez, de inevitables cambios - por esto último sea bonita quizás.- La lluvia también me examina sin darse cuenta. Hice bien, ¿verdad? ¿Debería haberme resguardado más del frío invierno de 2009?. Por suerte, estas preguntas sí que tienen respuesta, es más, no tengo que esforzarme para conseguirla. La lluvia me salpica en aquellos pies que hace un año estaban empapados, me moja el pelo y me dice que ponga la calefacción del coche al máximo. Oh, la lluvia. Tan mágica y nostálgica como de costumbre. Gracias por volver, invierno. Acogedor invierno.

3 comentarios: