miércoles, 25 de agosto de 2010

Días reversibles

¿Sabes? A mí también me costó estar relajada aquel día. Pero lo conseguí, no sé muy bien como, quizás fue porque lo intenté con todas mis fuerzas. Busqué mil cosas con las que evadirme entre cajas de recuerdos y un futuro imaginado. Encontré algunos veranos del noventa y tantos, un par de conciertos de un grupo que mejor ni nombro, algún marco de fotos roto por la mitad, mi colección de libretas... y en cada uno de esos recuerdos ya oxidados, personas que hicieron que aquellos detalles fuesen importantes para mí. Y respecto a lo del futuro imaginado... Pasé las horas muertas con un pie en el suelo y el otro sobre las nubes soñando lo que quiero que me pase, aunque la realidad obviamente no la sabré hasta que ese momento no se haga presente.
Así conseguí pasar aquel día que había amanecido tan negro, quizás el primero de muchos con esa tonalidad. Lo bueno es que no sobreviví a ese día, si no que lo viví y, aunque mucha gente no lo crea, son cosas muy diferentes.

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